Examen organoléptico: Es el primer estudio que se realiza siempre, mediante la observación directa y ayudados de diferentes técnicas lumínicas que sirven para poner de manifiesto y recoger datos del estado de conservación y caracterización de los materiales constituyentes de la obra.
Macrofotografía, fotografía en blanco y negro, fotografía de luz rasante y análisis de la obra con luz ultravioleta han permitido conocer al detalle las pinturas y realizar mapas de alteraciones y localización de elementos anexos a la pintura mural.
La documentación gráfica: Es de vital importancia dentro de cualquier trabajo de restauración, por pequeño que sea, contar con una exhaustiva documentación gráfica desde antes de iniciar la obra. No sólo sirve como testigo de un proceso de restauración, para ver el antes y el después, sino también para conseguir la máxima cantidad de información posible de la obra antes de ser tratada. Las fotografías realizadas se complementan con planimetrías en las que se detallan medidas, alteraciones, materiales y todos aquellos detalles que se puedan considerar importante reflejar.
Analíticas: Las analíticas deben proporcionar la información necesaria para conocer al detalle los materiales y la técnica de ejecución, así como las posibles alteraciones presentes en la pintura. Las muestras a tomar deben ser lo más representativas posible pero dañando lo menos posible la obra. En este caso se han completado las analíticas de otras fases de intervención con tres tomas de muestras: dos en la pintura mural y una en el retablo.