Examen organoléptico: Es el primer estudio que se realiza siempre, mediante la observación directa y ayudados de diferentes técnicas lumínicas que sirven para poner de manifiesto y recoger datos del estado de conservación y caracterización de los materiales constituyentes de la obra.
Macrofotografía, fotografía en blanco y negro, fotografía de luz rasante y análisis de la obra con luz ultravioleta han permitido conocer al detalle las pinturas y realizar mapas de alteraciones y localización de elementos anexos a la pintura mural.
La documentación gráfica: Es de vital importancia dentro de cualquier trabajo de restauración, por pequeño que sea, contar con una exhaustiva documentación gráfica desde antes de iniciar la obra. No sólo sirve como testigo de un proceso de restauración, para ver el antes y el después, sino también para conseguir la máxima cantidad de información posible de la obra antes de ser tratada. Las fotografías realizadas se complementan con planimetrías en las que se detallan medidas, alteraciones, materiales y todos aquellos detalles que se puedan considerar importante reflejar.
Mediciones termohigrométricas: El conocimiento de los ciclos de temperatura y humedad es imprescindible antes, durante y después de la restauración. Al principio de la obra se deben conocer los ciclos de humedad y sequedad para elegir correctamente los materiales y tipos de tratamientos a llevar a cabo. Durante la restauración tanto la humedad como la temperatura son determinantes en la evolución de cada proceso. Una vez terminada la obra, deben buscarse unos niveles termohigrométricos adecuados a fin de alcanzar las condiciones óptimas de conservación para la pintura y para los materiales de restauración empleados. Se deben controlar los niveles para evitar fluctuaciones bruscas que pongan en riesgo la estabilidad del conjunto.
Analíticas: Las analíticas deben proporcionar la información necesaria para conocer al detalle los materiales y la técnica de ejecución, así como las posibles alteraciones presentes en la pintura. Las muestras a tomar deben ser lo más representativas posible pero dañando lo menos posible la obra. Hoy en día existen nuevas técnicas no destructivas al alcance de los restauradores, tales como la espectrometría de fluorescencia de rayos X (FRX), que permite un análisis rápido y preciso de los elementos químicos sin dañar en modo alguno la superficie de la pintura. CREA S.C. ha colaborado con Lucía Pereira Pardo del GEMAP de la Universidad de Santiago Compostela para la realización de un estudio con esta técnica.
Las catas: La realización de catas en una pintura mural de estas características nos ayuda a comprender la evolución de la obra a lo largo del tiempo. En este caso realizamos catas para poder determinar el número y grosor de las capas de cal que cubrían a la pintura, la superficie que abarcaba el mural original y su estado de conservación general.